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viernes, 22 de octubre de 2010

Primeras Jornadas Internacionales Narrativa CF & Serie Negra



(Texto inaugural de apertura de las Primeras Jornadas Internacionales de Ciencia Ficción y Serie Negra en el ámbito de la Feria Internacional del Libro Guayaquil 2010, leído por Fernando Naranjo)

Abro estas jornadas con un reconocimiento especial a la memoria de dos amigos del género, cuyo breve paso por este mundo ha dejado, sin embargo, importantes recuerdos de sus personalidades y afectos. Se trata del escritor y amigo Edwin Buendía, así como del arquitecto Héctor Moreano Ordóñez, uno de los sujetos más soeces que haya visto en vida, pero gracias a cuya gestión Portoviejo cuenta con una fundación científica que fomenta el interés por la ciencia entre sus pobladores.

El objeto de estas jornadas, aparte de indagar en nuestras contribuciones al género, amparadas en el hecho de que el policial es la verdadera novela social del presente y del futuro, es gestar un festival donde mezclemos no sólo literatura sino también otras expresiones artísticas como el cómic -a propósito agradezco la presencia de nuestros amigos del Cómic club de Guayaquil-, o música, danza, o cuantas artes quieran expresarse en futuras jornadas. Quieran los contribuyentes que las del próximo año sean mejores y que los organizadores de la Feria nos den un horario nocturno, que es a toda sombra el ambiente propio de nuestras faenas literarias. Hoy nos han dado un horario de kermesse, de matineé infantil que es como ir a ver una película de vampiros en horario de vermouth.

Unos antecedentes antojados.

La CF y la SN en nuestro país tienen, por lo menos 3 antecedentes interesantes. El Dr Gallegos Naranjo allá por los albores del siglo XX escribió una novela futurista sobre un Guayaquil del año 2000, eso en CF; en polocial, 3 o 4 décadas después Pablo Palacio nos deslumbraba con la historia de Un hombre muerto a puntapiés, o con la Doble y única mujer. Menos divulgada, tal vez porque los enfoques han sido más rosas que novelescos, es la vida (o por lo menos los momentos postreros de la vida) de Medardo Angel Silva.
El mito dice que el sujeto estaba obsesionado con la muerte, cuyo influjo cotidiano se expresaba en su "fuero interno" –esto siempre me ha parecido un oximorón de lo más trucho- los cortejos fúnebres que, camino al cementerio, pasaban por su casa. La historia es algo equívoca. MAS (MedardoAngelSilva) es un sujeto genial. No ha terminado el bachillerato pero lee en francés (a los Verlaine, Rimbaud y Baudelaire, por ejemplo), y escribe genialmente pero algo retro –dirían ahora-. Está enamorado a sus 20 y tantos años de una pelada de 15. Debemos suponer que la niña estaba bien dotada para su edad. Mientras fraguaba su amor el vate había sido periodista y como tal estaba encargado de la sección literaria, pero también le hacía a la crónica, y hasta a la roja de El Telégrafo. Así que debió tener contactos en la policía.
Por allí va la vaina. En la casa de la niña no saben qué hacer para librarse del negrantajo, pero un policía, (el comisario que después de la muerte del vate reveló que la prueba de la parafina indicaba suicidio) descubierto por el poeta en algún chanchullo arma con los parientes de la niña el sainete para darle vire. Y fraguan lo del suicidio amoroso y toda esa lata que medio conocemos.
Mi historia es igual de increíble e im-probable, pero estamos en el sacrosanto deber de indagar o de inventar, pero nadie como Medardo Angel Silva debería irse de este mundo de manera tan absurda e improbable.
Cómplices de estas jornadas son los amigos Sonia Navarro, Jaime Powchow long, y Ma. Fernanda Pasaguay. Sonia es sicoanalista y escritora tanto de ensayo como de género biográfico, Jaime es músico, crítico y catedrático, formador de juventudes en el sentido pleno del término. Y mi tocaya, que es una escritora fenomenal y cuya novela refleja los nuevos intereses y expresiones del futuro de la patria.
Así que comenzaremos con Sonia y su visión sicoanalítica de la novela negra…

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